El viernes 14 de mayo fue posesionada la nueva Asamblea Nacional, donde 137 asambleístas tienen el deber de trabajar para mejorar el país, porque para eso fueron elegidos.

Lamentablemente, parece que los Asambleístas no están pensando en un mejor futuro del país sino en el reparto, como sucedió en las dos primeras sesiones para elegir al nuevo Presidente de la Asamblea.
Intentado que Henry Kronfle llegue a la presidencia mediante un pacto sin nombre entre los Social Cristianos (PSC) y los Correístas (UNES) para darles impunidad a los corruptos creando una Comisión de la Verdad.
No llegaron a la votación necesaria para que Kronfle ni Quishpe obtengan la Presidencia, pero si para que Guadalupe Llori de Pachakutik fuera la escogida. Y sin los votos correístas ni socialcristianos.
Los Asambleístas deben ser conscientes que el Pueblo no quiere más amarres ni componendas, y que tampoco está dispuesto a soportar una Asamblea Nacional que no trabaje para crear leyes que mejoren el país y su calidad de vida.
Los Asambleístas deben entender que la gente votó por ellos porque quieren que acaben con la corrupción, tampoco deben olvidar que hay un Pueblo que estará vigilante, que cumplan lo que ofrecieron cada uno en campaña.
Es obligación de los asambleístas ayudar al nuevo Presidente para que pueda gobernar en favor de todos los ecuatorianos, no deben convertirse en la piedra en el zapato, como siempre lo han hecho creando componendas y no pactos, y peor; acuerdos para crear leyes que pueden llevar a un mejor futuro al país, y para fiscalizar a todos los funcionarios.
Andrea Celeste León – Corresponsal en Pichincha.