
Ubicado en el corazón de Guayaquil y tras 7 años de abandono prácticamente solo servía de orinadero público. En este edificio patrimonio de la ciudad, nacieron y se forjaron profesionales, pues aquí funcionaban 2 colegios, el Ana Paredes de Alfaro y el César Borja Lavayen.
Ubicado en las calles Sucre y Chimborazo, es una de las herencias que dejó la administración anterior, liderada por Cynthia Viteri del Partido Social Cristiano. Hoy se busca recuperarlo y como primer paso se están realizado tareas de limpieza y remoción de escombros.
Con la colaboración de la dirección de Gestión de Patrimonio Cultural, Justicia y Vigiancia, Obras Públicas y Planificación Urbana, la Alcaldía de Guayaquil, dispuso el mantenimiento a las instalaciones y la limpieza de la infraestructura.
El proyecto de recuperación que durará cerca de 15 días, se analizará en una mesa técnica, una vez levantados los datos sobre su actual estado para definir las readecuaciones que se realizarán en la infraestructura. Se prevé que el lugar funcione como una extensión de la Biblioteca Municipal y un centro de arte y exposición de la cultura guayaquileña.
Esta acción forma parte del trabajo interinstitucional que busca rescatar los edificios patrimoniales que permanecen en abandono en la urbe porteña.