Para la mayoría de políticos, la política es una actividad muy lucrativa, cuando solo debería ser de servicio, de ahí la proliferación de ciertas organizaciones políticas que aceptan a individuos oportunistas, algunos que incluso han sido glosados, o enjuiciados por actos de corrupción. Lo único que quieren estas organizaciones es convertirse en un membrete con un registro en el CNE y que esto les permita alquilar o vender a estas personas dicho membrete. Como la ley les exige tener porcentajes altos de aceptación, acuden a personajes que puedan tener una afectiva popularidad, sin que importe su reputación ni su preparación académica. Las elecciones primarias son una falacia, un fraude usando recursos públicos.

A ciertas organizaciones políticas lo que les interesa es el caudal de votos para mantenerse vivos como estructuras, obtener la reposición de gasto electoral, y a más de seguir lucrando de este rentable negocio. Para ello no importan los medios o la vulneración de principios éticos y morales; se hacen alianza contra natura, se crean Frankensteins políticos. Es necesario cerrarles el paso a estos tipos de partidos políticos, hay que reformar el Código de la Democracia para tener una ley electoral mucho más clara de quiénes pueden ser candidatos, pero hasta que se pueda concretar esta reforma, se debe usar un recurso práctico, esto es no votando por quienes hacen de la actividad política un negocio familiar, ni por quienes se hicieron millonarias y millonarios en esta actividad.
Dr. Carlos Santana Machuca, Procurador Síndico De la Junta Cívica de Tarqui.