La decisión del GAD Municipal encabezada por el alcalde Javier Altamirano, al aplicar restricciones vehiculares por números de placas impar (sábado 13 y lunes 15) y par (domingo 14 y martes 16) durante los días de la Fiesta de la Fruta y de las Flores, fue un desatino más de la Administración Municipal; más aun cuando a nivel nacional el COE autorizó la libre circulación vehicular durante el feriado.
La mayoría de ambateños apoyó suspender los programas y actividades planificadas por la Fiesta de la Frutas y de Flores Edición 70, con la finalidad de evitar concentraciones masivas que pongan en riesgo a la ciudadanía, y porque es un absurdo gastar recursos económicos que bien podrían servir para cosas más útiles en tiempo de pandemia, para eso existen las Reformas Presupuestarias.
Pero restringir la movilidad de manera tan abrupta, perjudicando a propios y sobre todo a aquellas personas que vieron a nuestra ciudad como una alternativa de paso o incluso de un corto paseo familiar, es por demás absurdo.

Antes las sanciones eran por exceso de velocidad, esto debido a las foto multas de los radares colocados en los ingresos de la ciudad; en esta ocasión también fueron sancionados con multas todos aquellos ciudadanos que por error o desconocimiento pretendieron circular o ingresar a la ciudad con placas restringidas. El malestar fue evidente y muchos incluso lo hicieron sentir en Redes Sociales.
No sé puede entender bajo qué análisis técnico toman este tipo de decisiones, sobre todo cuando fue la misma autoridad la que exhortaba apoyar la realización de la FFF para reactivar la economía de la ciudad.
Queda la inquietud y hasta genera cierta preocupación el tipo de asesoría en el que sustenta las decisiones el burgomaestre, ya que las mismas cambian de un día para otro, perjudicando a toda una ciudad que veía este feriado como la oportunidad de reactivar en algo una paupérrima economía.
Alexandra Naranjo Guffanti
CORRESPONSAL EN TUNGURAHUA