
200 años de República Independiente, han celebrado en la última década la mayoría de los países latinoamericanos,
entre fanfarrias, revoluciones, pactos y rupturas.
Dos siglos sin lograr un quehacer que concrete Estados
realmente republicanos, democráticos y libres,
ya que sus elites han truncado el real “deber ser” de una sociedad moderna.
Esto parece un misterio indescifrable,
los norteamericanos dentro de su aparente frialdad
han movilizado durante sus 250 años de independencia,
la representación de la democracia a través del respeto a la ley,
dando lugar a la continuidad filosófica de la fundación de su Estado de Derecho,
ubicando su desarrollo en la formación de tecnología y capitalización global,
para darle peso a su sociedad.
En tanto, los Latinoamericanos seguimos acariciando nuestras mezquindades,
sin decirle nunca adiós a nuestro precario Sistema Feudal.
América Latina, es un subcontinente teóricamente “Independiente”,
pero sin darle paso a ningún avance profundo científico o tecnológico;
exigiendo que se viva la democracia bajo un “viejo marco feudal”,
que no enriquece el acervo de la nación,
si no solo el crecimiento de los tenedores de espacios feudales.
TIRO: 319