
Innecesaria sus artes y su orgullo academicista.
Su alma ha sido excitada
por unos carteles ideológicos y mafiosos
para seguir hurtado tiempo al futuro,
con la torpe esperanza de que Andrés
no se pierda el limbo parlanchín y delictivo
de una banda que quiere seguir
empeñando el futuro nacional.
Andrés, es hijo de un cruel conquistador
que no ha terminado de saciar su sed
de poder y de megalomanía,
y que quiere en nombre de una revolución
anclar el futuro de los ecuatorianos
en nombre del Socialismo del Siglo XXI,
a la opresión de diferentes carteles
que turban y turbarán la paz de la Patria.
Rafael C. es el “lacayo” del Imperio ruso
y “serafín” de los negocios de Odebrecht,
y amante del imbécil de Maduro.
Hoy, parece que Andrés fingiera a veces
que no es parte de esos poderosos carteles,
pero exclama con orgullo que Rafael es el Jefe,
y seguirá junto a él;
y que Maduro es un líder de jerarquía a seguir
En fin, Andrés, más allá de la Academia;
es amante de todo tipo de carteles.
TIRO: 271