
Tras el asesinato a tiros del candidato presidencial, Fernando Villavicencio, las alarmas ante un posible atentado se encendieron, sobretodo en quienes se disputan el sillón de Carondelet.
Y aunque las autoridades han descartado que se trate de atentados directos, está más que demostrado que en materia de seguridad, cualquiera podría ser víctima de un sicariato, y en el momento menos pensado. O como dice un dicho, “se les acabe la fiesta”.
Es así, que la mañana de este sábado, mientras el presidenciable, Otto Sonnenholzner, desayunaba con su familia en una cafetería en la Garzota, se suscitó una balacera en el sector, justo cuando una simpatizante le pedía una foto. En las imágenes se ve cómo los que estaban en el local se asustaron ante el tronar de las balas.
Minutos más tarde, la policía confirmaba el incidente, pues se trataba de una persecución policial con una banda delictiva que habría robado en un local de implementos deportivos en la Av. 9 de octubre. Según la Comandancia de la Zona 8, hubo intercambio de balas entre miembros de la policía y los antisociales a lo largo de la Av. Las Américas y rutas aledañas. Los agentes alcanzaron a los sujetos por el cuartel modelo, logrando capturar a 5 personas implicadas en el robo.
En otro escenario, el jueves 17 de agosto, durante la caravana del cierre de campaña en Durán de Daniel Noboa, también se suscitó un enfrentamiento armado. Según un informe policial, el tiroteo se dió entre bandas delincuenciales del sector, justo a pocos metros donde Noboa y su equipo de trabajo se encontraban.
En los últimos meses Guayaquil y Durán se han convertido en unas de las ciudades más violentas, siendo los asesinatos, asaltos, sicariatos, extorsiones parte del pan nuestro de cada día.