Cada nueva elección presidencial representa una nueva oportunidad, y en miles de ecuatorianos nos aparecen las mismas dudas: ¿Cómo saber que elijo al Presidente correcto? ¿Qué haré para descubrir si mi candidato favorito no me miente? ¿En esta elección le atinaré al candidato correcto?
Serian dos los métodos que debemos aplicar para descubrir la real intención de los políticos.
- Uno: revisar su vida (nadie puede escapar de su pasado), qué hizo el candidato en los años anteriores, en qué trabajó, tiene cuentas con la Justicia, o con la ética, o con la moral; cuáles han sido sus negocios.
- Dos: debemos atender el sentimiento que motivan, que nos inspiran sus palabras, porque ahí encontraremos la verdadera intención del político. ¿Después de escucharlo sentimos odio, venganza, irá, paz, alegría o esperanza?
No deberíamos atender lo bonito que suena el discurso del candidato, porque cuando lo hicimos siempre elegimos Presidentes que destruyeron la economía de millones de familias. Un discurso bonito puede esconder un alma perversa, pero si analizamos el sentimiento que inspira el discurso político, de manera inexorable descubriremos la personalidad de quien ofrece sacar de la pobreza al Pueblo.
La sentencia “cada nación tiene el Presidente que merece” es real, cuando una sociedad elige un mandatario que durante su campaña motivó a sentir odio y temor, porque vivirá en constante zozobra, temiendo a ser asaltado, o a perder su trabajo, o a enfermar. La promesa de “robarle a los ricos para entregarle a los pobres” siempre resultó en mayor miseria para los pobres.
Si caminamos por una misma ruta siempre llegaremos a la misma meta. Por esto, en las próximas elecciones deberíamos probar una ruta diferente, caminemos por la senda del amor, de la alegría, de la paz, y eso nos llevará a vivir en un país de prosperidad.