En el sistema educativo se enseña la historia y la prehistoria de una manera amena, inclusive a veces anecdótica, sin que necesariamente se ajuste a lo que realmente sucedió; en el caso ecuatoriano la historia enseñada tiene demasiados casos inverosímiles.
En esta entrega trataremos sobre descubrimientos arqueológicos que si los analizamos usando las teorías científicas aceptadas deberían ser calificadas de inexplicables.

En Perú y Bolivia se encontraron paredes formadas por rocas, algunas de más de 10 toneladas de peso, elevadas a varios metros de altura, otras con perforaciones circulares o rectangulares. La ciencia arqueológica enseña que los habitantes de esas regiones no desarrollaron el uso del hierro, del acero, ni de la rueda, solo llegaron hasta el cobre, y sin esta tecnología es imposible realizar las construcciones descritas.
En Centroamérica y Egipto, hay varias pirámides que pese al paso de los años no han colapsado, ni se asentaron, estos edificios no son una sencilla acumulación de rocas, sino que tienen pasillos y cámaras interiores, sus dimensiones son simétricas con elevado grado de exactitud; para lograr todos estos trabajos es necesario una planificación, elaborar diagramas de las diferentes fases de la construcción, calcular el peso de la edificación y en base a esto preparar la base. Se necesitan conocimientos de matemáticas avanzadas y el desarrollo de la tecnología del acero; pero la ciencia arqueológica nos enseña que estas naciones no los tenían.
En Europa se encuentran monumentos y construcciones con enormes rocas elevadas a varios metros de altura, estos trabajos fueron hechos por grupos de personas que recién estaban saliendo de las cavernas, es decir con una tecnología rudimentaria, apenas habían aprendido el manejo del fuego y la obsidiana, no conocían el uso de los metales.
Considero que los sistemas de enseñanza deben enfrentar esta realidad sin llegar a la especulación, la evidencia encontrada nos dice que la historia de la humanidad es muy diferente a lo que creemos.