Quien descubre el arte de vivir en asfixia;
gira sin convulsiones ni condenas,
ha aprendido a concentrarse
para que el delirio del poder
no le dé degustaciones que lo destierren
entre la dislexia de la masa.
El poder puede transformarse
en una exudación esquizofrénica,
y por ello, hay que estar atentos ante la grandilocuencia
de quienes ostentan o quieren ostentar el poder.
TIRO: 378