
¿Quién nos devolverá los instantes perdidos?
La historia es una narración de instantes, si no la sabemos construir se nos derrumba.
Desde hace décadas, la calavera de la indecencia es un icono Nacional, que nos sonríe como una prostituta vieja, e inútilmente esperamos que la calavera sea la cara de una bienaventurada resurrección.
¿Cuánto daño nos ha causado como Nación tanta espera?
Un día ya no estaremos vivos ni existirá nuestra Nación, solo quedarán nuestras huellas panteológicas, donde algún Arqueólogo descubrirá que en esta Tierra, no hubo, ni mucha inteligencia, ni mucha dignidad, y analizarán entre esas huellas, con el método científico del Carbono-14; que por estas tierras reinaron “Políticos reptantes”, que repartieron millones de palabras huecas, y bañaron nuestras etapas históricas de “espejismos huecos”; de tal forma que, arqueólogos, sociólogos e historiadores, tendrán la evidencia de que el Ecuador como cultura perdió tanto tiempo enfermándose y muriendo entre montañas de esperanza, y lagunas que oxidaron la acción humana inteligente.
¿Les gustó este cuento, amables lectores y escuchas?
TIRO: 66