
Sin nobleza y con desdén;
el Poder Estatal Monopólico
y el de algunas oligarquías archimillonarias,
están ultrajando
y poniendo en ascuas
la libertad y dignidad humana.
¿Que nos vacunen?
¿Que nos cuiden?
Veloces y feroces,
dicen algunos pensadores
que nos están imponiendo fueros y cadenas,
más me atrevo a recordarles que:
desde que el Estado se hizo una religión
y el Poder es el opio que seduce a los pueblos
en nombre del bien común,
toda complicación se multiplicó.
Preguntémonos:
¿Cuántos males hemos digerido
en nombre de un Estado “disque” digno y soberano?
En fin, luego de tanto suplicio, como apóstoles fieles
dicen ellos que nos ordenarán, y todos deberemos agradecerles
porque fue por nuestro propio bien,
que ellos con solemnidad dictatorial nos ordenaron planetariamente.
TIRO: 268