El próximo 5 de febrero serán las elecciones para elegir a las diferentes autoridades seccionales y miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), que seguramente la mayoría de ecuatorianos no conoce ni siquiera sus funciones.
Tantos organismos creados significan un derroche de fondos estatales, pero que no han servido para lograr el cambio trascendental que necesita el país.
Es impresionante la cantidad de “movimientos políticos”, por decirlo así, porque más les calza el calificativo de “movimientos politiqueros”. Hay de todos los colores y sabores, como se dice en el argot popular. La mayoría con representantes que son los mismos y los mismos, algunos procedentes de familias que han hecho de la “política” su modus vivendi.
En estos comicios se elegirán prefectos y viceprefectos, alcaldes, concejales urbanos y rurales, miembros de las juntas parroquiales rurales e integrantes del CPCCS para el periodo 2023-2027. De acuerdo con la Constitución y el Código de la Democracia, la posesión de las nuevas autoridades se realizará el 14 de mayo de 2023.
En Imbabura no es la excepción la exorbitante cantidad de candidatos, de toda edad, de toda profesión, de toda ideología. Todos dicen que su propósito es “salvar” los diferentes cantones y la provincia, y aunque es imposible conocer con certeza sus verdaderas intenciones; pero, por la forma de hacer proselitismo político algo se puede notar, ya sea su sinceridad o su picardía.
Algunos partidos políticos respetaron el calendario del CNE para dar inicio a la campaña, otros se adelantaron aun conociendo las prohibiciones electorales. Aspectos como esos deben servir como pauta, para conocer las verdaderas intenciones de los candidatos y a partir de ello emitir el voto, o sea, un voto responsable. Un voto razonado, pensando en elegir gente que busque el desarrollo del país en lugar de salvar a sus caudillos para regresarlos al poder.
Como una estrategia para dar a conocer los objetivos de los candidatos, se realizó el famoso debate. Quienes vieron tal evento, hacen extensiva su decepción porque en lugar de debate, aquello se ha parecido a un espacio donde “se sacan los cueros al sol”, como suelen decir. Lo triste es que, en lugar de visualizarse un auténtico interés en el destino de la patria, solamente se exteriorizan odios y revanchas, y por si fuera poco, al final de la etapa de campaña las famosas artimañas sucias de última hora, por medio de las “informaciones” de las malas gestiones o de las supuestas “fechorías” de tal o cual candidato.
Que el Todopoderoso favorezca al Ecuador prodigando sabiduría al pueblo, en el momento de rayar las papeletas. El país ya se encuentra demasiado dañado y necesita de gente verdaderamente patriota, con la firme convicción de conversar, analizar y llegar a acuerdos beneficiosos para todos los ecuatorianos.