Hace un año comenzó la pandemia causada por el Covid19, la crisis sanitaria obligó a la humanidad a una cuarentena mundial, un encierro y una paralización casi total que derivó en una crisis económica mundial.
Se puso a prueba el espíritu de lucha de nuestra especie, el afán por sobrevivir. Y superamos la prueba.
De acuerdo al procedimiento establecido para el desarrollo de vacunas, se demora entre 10 y 15 años obtener un producto nuevo. Pero ante problemas inéditos, las soluciones también deben ser innovadoras, en poco menos de un año ya hay varias vacunas que están siendo aplicadas a millones de personas. Hasta hoy, ya se han vacunado 52’103.604 personas.
En nuestro país, la ESPOL ya tiene listo un prototipo de vacuna, y en poco tiempo pueden empezar los ensayos. Este trabajo también servirá para cuando aparezcan variantes del Covid19, porque ya no se comenzaría desde cero.

La pandemia también sirvió para que algunas personas ganen mucho dinero. En muchos países, hubo personas que aprovecharon la enorme demanda de productos sanitarios (mascarillas, alcohol, fundas para cadáveres, oxígeno) para subir sus precios.
En nuestro país, el Gobierno obligó a que todas las compras por la emergencia sean públicas y que cualquier persona tenga acceso a dicha información, por lo que la prensa pudo descubrir las pillerías de decenas de funcionarios públicos y otras personas. Estos casos ya están en manos de los jueces.
Por estas malas experiencias es que la ONU decidió que la comercialización de las vacunas para detener la pandemia debían estar fuera del efecto de la “Ley de la Oferta y la Demanda”, y crearon la Iniciativa COVAX para que el acceso a la vacuna no dependa de la condición económica de las personas.
Salirse de esta Iniciativa implicaría que se daría Luz Verde para que vuelvan los especuladores a ganar mucho dinero a costa de la angustia de millones de personas, sería un “Feriado de las Vacunas”, y esto debe evitarse.