Han pasado tres días de las elecciones, pero los resultados nos dejan más dudas que certezas.
¿Es posible que la decisión de un 32,50% de los votantes nos ponga nuevamente en el predicamento de regresar a una Política Socialista basada en la corriente de la Revolución del Siglo XXI?
¿Acaso, propuestas como inversión, empleo, apoyo al emprendimiento, acceso a la educación, no son tan interesantes como para apoyarlas?

La única certeza que tenemos es que los resultados electorales nuevamente ponen en alza el indicador de Riesgo País, ya que una posible segunda vuelta entre los candidatos Arauz y Pérez, ambos de línea izquierdista, generan en nuestros acreedores la preocupación de que el país incumpla con las obligaciones de deuda, pero sobre todo, incrementa las tasas de interés a la hora de endeudarse.
Escoger entre un candidato que rechaza la austeridad fiscal y otro que maneja un discurso más moderado y empático con la situación económica-social que vive el país, será el análisis que deberán realizar los electores antes de ejercer su derecho al voto el próximo 11 de abril, una decisión que marcará el futuro de los próximos cuatro años de un país que viene terriblemente golpeado por una economía paupérrima y una pandemia mundial que no nos ha dejado exentos al impacto que esta ha tenido.
MÓNICA NARANJO
CORRESPONSAL EN TUNGURAHUA