¡Oh Dios de las almas errantes, tú que estás perdido entre los dioses! Escribía en su libro “EL LOCO”, Khalil Gibrán.
El deseo va de la mano con la vida, y en nuestra memoria va atardeciendo lo inesperado.
El goce hace ver al mundo por los pies, en tanto; el “vasto-mundo” sigue girando y girando, y el hombre saca su pañuelo con la misma ilusión.
¡Bendimaldito el mundo y sus dioses!
