El CNE no tuvo la transparencia necesaria el día 7 de febrero, esto generó una sombra de duda en los resultados electorales por el segundo puesto, a esto se le debe agregar la noticia sobre un supuesto aporte irregular a la campaña política de una candidatura.
En aras de la democracia y de la transparencia los candidatos Lasso y Pérez se reunieron junto al pleno del CNE con debate incluido donde ambos candidatos se comprometieron y llegaron a un acuerdo “supralegal”; acuerdo que fue difundido y aceptado por el pleno, este espacio fue transmitido en vivo, difundido y comentado por la ciudadanía misma que vio con buenos ojos todos estos acontecimientos y vistió de gala a nuestra democracia, no transcurrieron ni 48 horas y ambos candidatos expusieron en las redes argumentos dispersos y difusos con claros indicios de arrepentimiento al acuerdo de parte de Lasso y una carta “no pública” de parte de Pérez, la cual incomoda al otro candidato.
La Democracia no es un juego ni un capricho, ni es el juguete de ningún político, tampoco está al servicio de los cálculos de ajedrez o a conveniencias personales, tal parece; que es lo que en realidad está pasando.

Todas las organizaciones políticas hacen un “control electoral”, y ese control es al que siempre se apela para los posteriores reclamos, es el que indica donde están las irregularidades, ese es el principio básico y debió ser la base del acuerdo al que llegaron.
Por lo demás, el TCE se pronunciará pronto en relación a la descalificación o no de una candidatura, los delitos electorales y los delitos penales son distintos y se juzgan por separados, pero se juzgan en base a pruebas ciertas, no puede ni deben esperar a que esa candidatura tenga participación en la segunda vuelta, ya que se estaría jugando con la pasión de los pueblos que pueden dar su voto a alguien que incumplió con la ley electoral y actuó fuera de la democracia.
Giovanni Reyes
Corresponsal en Guayaquil, Parroquia Tarqui