¿Cuál es el arte del demagogo?
Recrearnos con una engañosa vida.
¡Oh esperanza!
Viejo y ameno engaño.
¿Qué hace el sol en el cielo?
¿Qué hace el hombre en la tierra?
No nos desubiquemos, si lo hacemos caerá todo en el olvido.
Si hay riesgo de muerte al nacer ¿por qué no nos arriesgamos a pensar?
Hay que entender este vivir terrenal, aprendiendo un poquito del ínfimo aire y aprovechando la serenidad profunda para poder preguntarnos:
¿Qué hacemos aquí en la tierra, debajo de este cielo que nos separa de tantas estrellas que arden más allá de nuestra imaginación?
Reposo a la sombra del silencio, pensando en los eternos giros de la historia, en la fragilidad del ser. No sé decirlo, pero cada animal que puede descansar es una criatura bendecida.
La vida continua y la tenemos que hacer continuar con sus renovaciones de fe y saliendo del confort, volviendo al trabajo en busca de sus frutos y de la naturaleza, de la cual debemos aprender a conservar para que todos los seres pensantes o no, vivamos en armonía en esta nuestra pequeña globalidad.