Nunca hemos tenido verdaderos líderes que respondan esencialmente a los intereses SUPRA, como son los intereses del Pueblo. Hemos conocido líderes que se empipan, viven, gozan, y hasta potencian su insolvencia moral a través de sus “limpias imágenes” gracias a los fondos estatales del cual ellos representan como se refleja actualmente en las Alcaldías y Prefecturas del Ecuador.
Los líderes nacionales se esconden tras telones, donde antes eran los rebeldes descendientes de Huancavilca con guayabera a medio pecho abierto y una avenida abarrotada de ingenuos, seguidores y faranduleros, exponiendo su ronroneo mezclado con bravura y resistencia. Todo esto, a la final terminó siendo un show entre el sillón de Carondelet y Olmedo.
Ahora, donde las papas están calientes los supuestos “líderes” giran su inmoral rostro ante la realidad recrudecida que vivimos todos los ecuatorianos día a día, aguantando payasos con bastones y guantes, esbirros chimbadores, delincuentes comunes como también a los de terno caro.
No creo en liderazgos populares disfrazados de emperadores, caudillos y marionetas, es momento de jubilar a esa clase política que ejecuta sin descansar la fabricación indiscriminada de sus descendientes políticos que ahondan más la crisis que rechaza la ciudadanía en general. Es necesaria la unidad de los verdaderos líderes nacionales, provinciales, cantonales y parroquiales que emanen desde la ciudadanía mas no de jeques políticos arrugados, con exceso de tinte en el cabello.
Debemos hacer en las elecciones del 2023 una CAMPAÑA DE CONCIENTIZACIÓN CIUDADANA para evitar errores, debemos estar atentos a identificar patrañas y embustes que vocalizan los politosaurios.
Ab. Jaime Andrés Véliz Ortiz