Todos los días, en los noticiarios, la ciudadanía recibe información digna de una película, ya que en el Ecuador ocurre lo impensable.
Tenemos un Contralor y un Defensor del Pueblo acusados de corrupción, que siguen en sus cargos y tomando decisiones desde la cárcel.
En Pichincha, tenemos un Alcalde destituido que sigue ejerciendo funciones, y una Prefecta inmersa en casos de corrupción ejerciendo funciones; los dos con grillete.

Mientras tanto, en Quevedo, a vista y paciencia de sus autoridades, forman una “empresa de inversiones ilegal”, con dinero de dudosa procedencia, y la Superintendencia de Bancos y organismos de control brillan por su ausencia.
Ya es hora, que el nuevo gobierno tome seriamente las riendas del país y que ejerza su Autoridad. El Presidente Lasso debe entender que no puede estar viviendo una eterna Luna de Miel con todos los sectores políticos.
Ecuador, no puede seguir siendo la tierra del más vivo, existen leyes que deben ser respetadas, y los Organismos de Control están obligados a hacer respetar la Ley.
Andrea Celeste León – Corresponsal en Pichincha.