Los ecuatorianos nos hemos siempre enfocado
en ponderar el valor del tiempo de cambio,
más esos imaginarios quedaron una y otra vez sepultados
entre barbaries propias de ambientes profundamente mezquinos,
y de esa forma ninguna idea alcanzó ni alcanzará realmente
a institucionalizar la Nación, para lograr que las buenas ideas fecunden.
Recuerdo mucho los discursos presidenciales de Cambio de Mando,
señalando la ruta deseada con mucho optimismo y elocuencia,
así lo dijo: Roldós, Febres Cordero, Borja, Sixto,
Gutiérrez, Mahuad y Correa,
dieron a sus palabras un aquilatamiento especial,
que sin duda prometían ser y ejercer liderazgos
sin caudillismos ni populismos,
pero el desarrollo de la historia, es decir,
el encuentro con la siempre erosionante realidad
terminó lesionando o asesinando esos ideales
debido al contexto social, corporativo,
o por sus propias capitalidades.
¡Éxito Presidente Lasso!
Ojalá rompa Ud. esas viejas letanías que le dieron muy poca trascendencia
a un cambio evolutivo en el Ecuador.
TIRO: 325