
Arranca enero del 2020 como todos los años anteriores, lleno de expectativas, sueños y promesas, sin embargo mientras transcurre, una cierta percepción de eternidad comienza a envolvernos y da paso a una oleada de memes de internet acerca de lo infinito que se presenta el mes. Ahora y en retrospectiva, podríamos quizás simbolizar a enero como una dilatación de la normalidad por parte del universo y un sobre aviso de lo que se avecinaba. Este año inició amenazante, a través de noticias como el asesinato de un poderoso general Iraní por parte de EEUU, que hacia especular sobre el peligro de una posible tercera guerra mundial, por otro lado observábamos los incendios forestales de Australia catalogados como un desastre ambiental, que aceleraba el ocaso del planeta y por ultimo una epidemia del lejano coronavirus para Latinoamérica en ese entonces, que escalo a pandemia mundial y nos trae confinados hasta el día de hoy resguardándonos de un algo que también se manifiesta invisible.
Indudablemente, el 2020 vino para destacarse desde su lenguaje de acción, y tal vez deberíamos dejar de hablar de las mismas cosas con el mismo tono y cuestionarnos sin romanticismos, sobre lo que desea decirnos el universo que convive con nosotros a diario y siente desde otros lugares las formas en que nos relacionamos con y en el mismo. Ya nos advertían que el tiempo del mundo en lenguaje ambiental se nos acaba, y tal vez sea este el momento sin ánimo de moraleja, de replantearnos como sociedad el valor del capital por sobre la vida de las personas y la tierra.
El año 2020 para no olvidar nunca en nuestras vidas pidamos a Dios derrame muchas bendiciones en nuestras vidas y en el mundo entero esperemos se acabe pronto esta pesadilla pero estamos bien con nuestras familias en casita viviendo como verdaderos seres humanos dando nuestro bien testimonio de vida con todos los que nos rodean