Hablar de uno de los grandes misterios de la humanidad es un privilegio y un honor, pues grandes sabios, filósofos, poetas, han hablado sobre estas 4 letras que juntas contienen el más grande significado de nuestra existencia.
Sin lugar a dudas el amor es la fuerza creadora más grande del universo, una fuerza que nos mueve, de alguna forma estamos todos conectados a esta fuerza.
Unas palabras escritas de uno de los seres más sabios que estuvo en medio de nosotros, expresan sobre el amor:
“Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha. El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará.” (1 Corintios 13:1-10)
El verdadero amor no tiene nada que quitar, nada que agregar. Si le preguntan al Tarot si es aquel o aquella la persona correcta, no lo es. La capacidad de amar del ser humano hace posible el “hacer”.
Para amar es necesario que el ser humano converja en tres dimensiones: la voluntad de comprender la singularidad del ser (desarrollar la inteligencia psicológica “estado consciente”, no hemos sido educados en este ámbito, pero es posible desarrollar y educar para sembrar semillas de confianza y cosechar compromiso). Cuidar y dar (es comprender), inspirar para crear nuevas realidades y nuevos sentidos (esto nos lleva a la coherencia). Pero esto no es amor, es apenas abrirse al amor.
El amor puede transformarlo todo, ningún sistema, ni teoría, sea de izquierda o de derecha puede hacerlo. Uno realmente ama cuando no posee, cuando no es envidioso, cuando no es odioso. El amor no es el pensamiento, no puede cultivarse, no se puede practicar. Cuando hay amor el sexo jamás es un problema, cuando hay amor, es impersonal, con o sin objeto, es como el perfume de una flor en la cual uno o muchos pueden aspirarlo, lo que importa es el perfume no a quien pertenece. Cuando amas no hay uno ni muchos, hay solo amor.
Solo cuando hay amor pueden resolverse todos nuestros problemas, entonces conoceremos su felicidad y bienaventuranza. El amor es belleza, el amor no puede existir donde hay interés propio, ego y egoísmo. Se confunde al amor con el deseo, con la posesión, con el querer.