Ecuador es un país con gran potencial de desarrollo y crecimiento, tomando en cuenta la riqueza de sus recursos naturales y la mega diversidad de sus territorios. Sin embargo, aún se mantiene en un estado de dependencia ligada a la explotación de recursos naturales no renovables.
Señala la Escuela de Negocios “ESPAE” que, en los últimos años, el país se ha consolidado como una de las naciones más emprendedoras del mundo, lo cual ha sido motivado, por un lado, gracias a la necesidad de una parte de la población que al no encontrar una fuente de ingresos permanentes se ha visto en la obligación de iniciar una actividad económica de cuenta propia, y, por otro lado, gracias a las oportunidades de negocio que se van desprendido de las condiciones reales del mercado local, nacional e internacional, siendo predominante la primera.
No obstante, cada vez se evidencian desafíos que deben atenderse desde una multiplicidad de actores para potenciar la estructuración de un clima emprendedor que permita fomentar la creación de nuevas empresas sobre todo con vocación exportadora para generar más fuentes de empleo adecuado y desarrollar la economía nacional en general.
Son diversos los factores que inciden en la conformación de un clima de emprendimiento adecuado, capaz de atraer nuevas iniciativas de negocio en Ecuador.
Como factores positivos destacan: la infraestructura física del país, que refleja aportes importantes en carreteras, telecomunicaciones y servicios básicos que facilitan la operación de los negocios; las normas sociales y la cultura que están transformándose hacia la práctica emprendedora con mayor intensidad; y, los aportes de la educación superior que incluye al emprendimiento como eje transversal de la formación de los profesionales.
En factores negativos destacan aspectos como: las políticas de gobierno que gravan impuestos que frenan la creación y crecimiento de las empresas; la excesiva tramitología que demora la constitución y operación de las nuevas empresas; el limitado apoyo financiero tanto público como privado que hace que los emprendedores deban buscar fuentes alternativas de financiamiento, muchas veces con alto costo del capital; la escasez de fuentes de financiamiento no tradicional como capitales de riesgo, inversores ángeles, crowdfunding, entre otras; la insuficiente transferencia de ciencia y tecnología desde las instituciones de educación superior hacia las empresas nacientes y en crecimiento; y, la baja competitividad de las empresas de base tecnológica para competir a nivel internacional.
A pesar de la capacidad emprendedora de los ecuatorianos, muchos emprendimientos no logran sostenerse en el tiempo, diversas causas conllevan al cierre de negocios nacientes; según datos de la ESPAE y citados en orden de relevancia están: situaciones personales o familiares que dificultan la gestión del negocio; la falta de rentabilidad en el giro de negocio; problemas de financiamiento para la operación; entre otras razones de menor impacto como: la oportunidad de incursionar en otro negocio más atractivo; las políticas de gobierno, impuestos y tramitología excesivas; la dificultad en la venta del producto y el cierre planificado.

En general, el potencial del ecuatoriano a la hora de generar e implementar ideas de negocio está en crecimiento; habrá que complementar la construcción del ecosistema emprendedor, en el contexto nacional, desde otros actores para sacarle el mejor provecho a la extraordinaria dotación de recursos naturales que posee el país.
El reto para el nuevo gobierno, que asumirá en mayo próximo, será el mejoramiento de las políticas públicas actuales en materia de emprendimiento, basadas en el aporte significativo y participativo de los emprendedores nacionales.
Carmen Patricia Teanga Zurita – Corresponsal en el Carchi.