La pandemia causó restricciones de movimiento en todos los medios de transporte. Los acuerdos de teletrabajo para el personal de las agencias fronterizas y el cierre de las fronteras, creó interrupciones en el flujo de mercancías y en el funcionamiento de las cadenas de suministro. Estos sucesos generaron un aumento de la demanda de servicios de entrega, e incrementaron la presión sobre las operaciones de las oficinas de correos y los servicios de mensajería.
El aumento de la demanda tuvo un fuerte impacto en el tiempo de despacho y liberación de los artículos en las aduanas, aumentando los retrasos. Por ello, en la mayoría de los países en desarrollo, las medidas relacionadas con el COVID-19 se sumaron a un punto de partida ya difícil, caracterizado por una logística comercial deficiente.

La pandemia puso a prueba las habilidades de las empresas y de los consumidores para adaptarse a un entorno digital, y los datos sugieren que las importantes brechas y la escasez de habilidades operan como obstáculos para las MIPYMES en el sector del comercio electrónico, especialmente en los países en desarrollo. Debido a esta situación, las oficinas de correos de algunos países pusieron en marcha iniciativas para ofrecer nuevos servicios de entrega y cumplimiento, para las MIPYMES que venden en línea.
Los gobiernos en diversos países, desarrollaron en esta etapa sitios web específicos que incluyeron recursos de información sobre procedimientos para llegar a nuevos mercados, conectar a compradores y vendedores y fomentar la adopción de soluciones para mejorar la presencia en línea de las MIPYMES, incluidas las asociaciones público-privadas con los mercados establecidos.
En Ecuador, el modelo de negocio del e-commerce es algo que ha venido dándose de forma paulatina, diversos estudios revelan desde el punto de vista de los clientes, que existe una aceptación positiva hacía el e-commerce, donde los principales productos vendidos son alimentos y medicinas. Lo que más motiva al cliente a comprar en canales digitales fue el temor al contagio y el toque de queda, lo que permite entender que el cliente si tiene el conocimiento y la capacidad para navegar en plataformas digitales y hacer compras en línea.
Por tanto, el e-commerce en líneas generales, es un modelo que debe asentarse aún más en el Ecuador. Esto ayudará a moldear una cultura más digital en pro de los cambios tecnológicos venideros.
Fabricio Freire- Morán, corresponsal en Guayaquil.