Cuando los políticos dicen que son parte de la solución,
hay que presupuestar que son el problema de la solución.
Recuerdo una novela de Julia Navarro “La sangre de los inocentes”,
en la cual un muchacho Palestino se hace muy amigo de un Israelita,
y ellos comentaban que resolverían sus problemas conversando.
Pasaron los años y cada uno fue llevado a los ejércitos de su pueblo
para defender el honor nacional.
¿Y saben lo que pasó con el Israelita?
Terminó matando a su amigo Palestino.
¡Colorín, colorado!
Así es la política, puro canibalismo en nombre de la Patria.
TIRO: 448