La mayoría de adolescentes rechazan las injusticias, buscan un cambio, anhelan crear un mundo mejor.
Los adolescentes, por su poca experiencia de vida son manipulables.
Estas dos características del humano, durante su transición de niño a adulto, siempre han sido aprovechadas para ser usadas con fines escondidos.
En Colombia, se utilizan adolescentes como el rostro de la protesta contra el Presidente Iván Duque, pero lo que no les dicen es que la finalidad es desestabilizar al Gobierno Constitucional.
Mientras miles de jóvenes salen a las calles a protestar por el incremento de los impuestos, el Socialismo Siglo XXI tiene a cientos de mercenarios quemando edificios y buses, saqueando tiendas.

Estos mercenarios son expertos en guerrilla urbana, porque no cualquiera sabe fabricar y manipular bombas caseras y equipo de protección (escudos, chalecos y mascarillas), técnicas para enfrentar a los policías, o los puntos específicos donde poner las bombas para incendiar los buses. Todo esto mientras un equipo profesional filma y lo sube a las redes sociales.
Todo lo descrito ya lo vivimos en Ecuador en octubre del 2019, los ecuatorianos conocemos a sus autores, sin que importe lo que diga el Defensor del Pueblo.
El Socialismo Siglo XXI quiere controlar a Colombia, lo que está sucediendo fue planificado y explicado en redes sociales por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
El desafío del Presidente Iván Duque es hacer respetar la institucionalidad del Estado, ejercer el poder sin caer en excesos, porque una estrategia de los grupos anarquistas es realizar autoatentados mortales para culpar al Gobierno.
El Presidente Duque debería proceder como lo hizo el Presidente Lenin Moreno, demostrar con acciones cerebrales que “no es la derecha boba”, realmente nunca cedió, solo les hizo creer que habían ganado, y al final; derrotamos en las urnas al Socialismo Siglo XXI.