Desde el siguiente día en que terminaron las elecciones presidenciales, las personas han dejado a un lado la política y se han unido a muchas formas de distraerse sanamente; una de ellas, es el juego del Ecuavóley.
Este deporte se lo practica en cada rincón de nuestro país y en todo lugar del mundo donde haya un ecuatoriano emigrante.
El Ecuavóley se lo practicaba en Quito desde inicios del siglo XX, en 1957 se fundó la Federación de Ligas Deportivas Barriales y Parroquiales del Cantón Quito, en 1958 organizaron el primer Campeonato de Campeones de Ecuavóley, y a partir de esta fecha se vienen organizado más campeonatos y creando más asociaciones de jugadores de este deporte auténticamente ecuatoriano.
El año 2007 se organizó el primer campeonato de Ecuavóley en España, en el Municipio de Leganés, donde participaron 20 equipos.
Este juego es muy satisfactorio y se desarrolla con gran camaraderia, fomenta amistades, ya que cuando hace falta un jugador, ingresa alguien que solo estaba viendo el partido, y a partir de ese momento ya es miembro del grupo.
Entre grandes y chicos, es un deporte acogedor, pues relaja del quehacer diario.

Las reglas del Ecuavóley son sencillas:
– El equipo está conformado por tres jugadores: el Colocador que es el líder, el Volador cuida la parte trasera de la cancha, y el Servidor que es el ayudante del colocador.
– La red es de 60 centímetros de ancho y va 2,85 o a 2,75 metros de altura.
– La cancha es de 18m de largo por 9m de ancho.
– Antes se jugaba con balón de fútbol de cuero, pero ahora se utiliza el balón moderno de plástico.
– La pelota puede permanecer en la mano por menos de un segundo, más tiempo se sanciona por “agarrar o coger la pelota”.
– Es prohibido: Tocar la red con la mano. Pisar o atravesar la línea que esta debajo de la red. Patear el balón.
– Se debe gritar “bola” antes de realizar el saque o batir.
– La batida se la realiza solo con una mano y el balón no debe tocar la red al batir.
– Cada partido es de máximo tres tiempos de 12 o 15 puntos.
Los milagreños esperan que algún día su ciudad sea un referente del deporte, ya que las últimas administraciones descuidaron incentivar su práctica.
Félix Peñafiel – Corresponsal en Milagro.