El cristianismo, a partir de la frase: “Ganarse el pan con el sudor de la frente”; ha marcado la realización moral y ética de nuestra civilización fundamentada en el trabajo.
Es de preguntarnos: ¿Cuánta gente está siendo excluida del trabajo por la pandemia, la edad y el nuevo analfabetismo digital?
Por ello, el Estado y la sociedad en su conjunto tienen que encontrar una solución para estas nuevas exclusiones que no permiten llevar el pan con el sudor de cada frente.