La mayoría de quienes labran la tierra en todas las regiones del Ecuador, se sienten desprotegidos ante el abuso y abandono de los diferentes gobiernos de turno, tanto del Ejecutivo, Provincial y Cantonal, desde el boom petrolero hasta la actualidad. Por absorber la mayor cantidad de oro negro, que solo benefició a un pequeño grupo de bendecidos por la corrupción y el padrinazgo político, cientos de miles de ecuatorianos abandonaron el campo.
En el Ecuador, no existe un verdadero ente regulador que haga respetar el precio oficial de los productos agrícolas. Los intermediarios están en todos los productos agrícolas, en el maíz, por ejemplo, en ciudades como Paján, en máximo cuatro grupos se concentra la compra e imponen el peso, el grado de humedad y el precio, por esto es que el productor agrícola siempre pierde.

En todos los cantones se repite la misma rutina, el productor agrícola acude con su cosecha a la cabecera cantonal para venderla obligatoriamente a estos intermediarios, ellos pesan en máquinas manipuladas, y luego imponen el precio, si el productor agrícola no acepta, no tiene a donde vender su cosecha, porque los intermediarios se ponen de acuerdo en las condiciones que imponen.
De estos abusos es que se debe proteger al agricultor, las autoridades deben actuar, regulando las condiciones de la comercialización, supervisando que se cumplan, y sancionando a los infractores. El gran problema se da cuando algunos gobiernos han puesto “al ratón a cuidar el queso”, esto es que las autoridades han sido los intermediarios.
Jaime Véliz Ortíz – Corresponsal en Guayaquil.