Hace algunos años, los ciudadanos de Quito veían con mucha ilusión el inicio de la construcción del Metro, una mega obra que supuestamente iba a ser la solución a los terribles problemas de circulación de la ciudad, solo para nombrar uno de ellos; la ineficiente aplicación del pico y placa que nunca funcionó, y al contrario, empeoró el tráfico en toda la capital.
La contratación del Metro de Quito cayó en escándalos de sobreprecios cuando se vinculó los contratos con la empresa Odebrecht por once millones de dólares, un precio que iba más allá de lo planificado por el costo de la
construcción y pago de coimas a diferentes directivos de la empresa extranjera.

Luego vendrían las denuncias de las personas que viven en el Sector de Solanda, que debido a las obras, sus casas empezaron a hundirse a vista y paciencia de una alcaldía que prefiere hacerse la ciega y que no se preocupa por los Quiteños.
La tan aclamada obra hasta el día de hoy no tiene fecha exacta de inauguración, ni tampoco tiene la planificación necesaria para ser operada, y peor aún, la organización para el transbordo de pasajeros en toda la ruta.
Lo que se necesita realmente en la ciudad es una mayor planificación, y que tanto los Concejales como el Alcalde se pongan a trabajar realmente en lo que Quito necesita.
Definitivamente a la ciudad le urge decisiones sobre movilidad que transparenten las gestiones realizadas en el Metro, que las autoridades empiecen a pensar en la ciudadanía, que es la más afectada por la falta de decisión del Cabildo.
ANDREA CELESTE LEÓN
CORRESPONSAL EN PICHINCHA