
La muerte de Maradona configura la última manipulación a favor de un Gobierno que usa la muerte como fetiche para obtener réditos políticos.
Esta herencia cultural fue heredada de la Iglesia Católica que a lo largo de su historia ha sido la líder planetaria del NECRO – COMERCIO, por medio del cual se han vendido desde los clavos de Cristo, o los embalsamientos de cadáveres de Santos y Santas, para vender omnipresencia milagrosa.
Hoy, Maradona un bien mercadeado ex futbolista se transforma en un “Necro Bien Político” al igual que Eva Perón, o como la mafia colombiana que ha explotado y santificado a Pablo Escobar como un “Necro Santo”.
La muerte de Maradona, reafirma la condición de idolatría de los pueblos latinoamericanos que no alcanzan ni parece que alcanzarán un estado de madurez adecuado para los tiempos posmodernos.
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