
Me comentó un amigo: “que el paternalismo crea infantilismo”.
El discurso que ha pululado en el ambiente social latinoamericano es que los hogares pobres son víctimas de la desigualdad, por lo tanto, solo el Estado es capaz de distribuir y redistribuir riquezas entre los pobres.
Lo cierto ha sido, que ni las políticas duras de ajuste en los países latinoamericanos implementadas por neoliberales, ni las políticas blandas distributivas,
implementadas por los progresistas, han permitido una permanente movilización
de ascenso en los estratos sociales más bajos; ya que sean pobres o empresarios,
con protección estatal, el exceso de protección y la carencia de autogestión
no han permitido que salgan de su “estado de lactancia” ni de su “estado infantil”.
Por ello, está claro que una matriz de acunamiento estatal para el desarrollo humano y empresarial, debe existir, pero tener algún punto en que se corte el cordón umbilical
del amamantamiento para que la sociedad no viva ni paternal ni maternalmente “apadrinada”, sino en permanente interdependencia proactiva entre las individualidades y el Estado.
TIRO: 301