
Hasta cuándo los hispanoamericanos
queremos romper con nuestra genealogía
“hispano mestizo” e “hispano cultural”;
estos conceptos están indisolublemente ligados
a nuestra ancestral identidad.
Nuestra esencia vital está influenciada por esa literatura hispánica que nos aportó todo un sistema de ideas,
como por ejemplo: la Biblia, inicialmente leída en latín
y luego traducida al castellano,
y “El Quijote” con su parodia quizá opuesta al idealismo
donde a decir de Pedro Insua:
“El Quijote es un retrato del fracaso humano,
del ridículo y de lo grotesco de todos los idealismos”.
Diría que lo que “El Quijote”
exhibe sin ninguna contemplación
es la más cruda burla y parodia,
en la cual los hispanoamericanos
estamos infinitamente representados.
Aunque nos dé urticaria a los Latinoamericanos;
el Quijote está patológicamente representando
una Obra racional de la literatura,
al igual que en América Latina
políticos como Velasco, Perón,
o políticos contemporáneos como:
Correa, Chávez y Castro,
han representado históricamente una “obra racional”
idealizada como una necesidad
para el mercadeo político de unos buenos revolucionarios.
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