Hace 5 días nos reportaron una angelita que estaba en situación de riesgo, cuando llegamos por ella, se encontraba en un sucio parqueadero, ella hacía su hogar en la parte baja de unas ambulancias viejas, tratamos de obtener información, pero tuvimos resultado.
Pasamos buscando por más de una hora, y no veíamos rastros de ella, hasta que una señora se nos acercó y nos dio el horario en el que salía de su escondite, así que con paciencia nos pusimos a esperar. Y por fin la logramos verla, era pequeñita, color miel, y con una carita que emanaba tristeza, en sus
y claro, era porque aparte de todo estaba preñada.
Tal vez el sentir que sus hijos no van a sobrevivir, la llenaba de melancolía, y se reflejaba en todo su ser, era muy temerosa, no se acercó a nosotros, por más que llevábamos alimento para brindarle, nos tocó seguirla y atraparla. No que fue fácil a pesar de tener esa enorme pancita, corría como si el mundo fuera acabar, pero en un punto no pudo más, dejamos de seguirla por la seguridad de ella y sus bebes, se echó en un pequeño hueco lleno de hormigas y fue la oportunidad perfecta para llegar a ella.
La llevamos a la veterinaria, una revisión, y un diagnóstico satisfactorio, aparentemente todo está bien, y se encontraba a pocos días de tener a sus cachorritos, un frasco de vitaminas y a su nuevo hogar, en donde iba a poder traer a sus hijitos tranquila, así fue que luego de esos 5 días, “Pupi” como la llamamos, parió a 4 hermosos cachorritos, estábamos tan pendientes de ella, incluso ayudamos en el parto, y fue una experiencia irrepetible, sentir la calma de esa perrita, y la confianza que ponía en nosotros fue inexplicable y muy satisfactoria.
Pasaron los meses y Pupi crió a sus 4 cachorritos, los que fueron dados en adopción a buenos hogares, y Pupi una vez esterilizada también encontró un hogar, en el cual la llenen de amor y cuidados, para que jamás recuerde su triste pasado.