Es pertinente lo histórico social y las implicaciones políticas que esta información nos otorga, pero sobre todo; esas frías informaciones como mortalidad e índices de pobreza, que deben influenciar en nuestros espíritus para que estos datos no sean mera información burocrática, sino praxis sociopolítica clara.
La sociedad está instituida en el imaginario colectivo y su determinación del proceso de evolución tiene que ser retomado y reelaborado en toda sociedad por muy desarrollada que sea para que nazca un trabajo de reflexión y acción y no siga reforzándose nefastamente la ilusión de que todo se resolverá por sí solo o por la ciencia.
Hay que ver en el espejo mismo, eso que llamamos realidad y racionalidad, para poder situarnos en un plano real y no frente a una falsificación estadística que carezca de piel.