Hace millones de años, la Tierra era dominada por los dinosaurios; los mamíferos éramos del tamaño de un gato, y sobrevivíamos escondidos del depredador dominante, hasta que hace 65 millones de años, cayó en el Golfo de México un asteroide provocando un cambio climático que hizo extinguir a millones de especies. Las condiciones de vida se tornaron demasiado difíciles, los mamíferos redujimos nuestro tamaño, ahora éramos del tamaño de un ratón, porque así requeríamos de menor cantidad de alimento, y podíamos sobrevivir de lo que encontrábamos entre los árboles caídos y el subsuelo, nos adaptamos al nuevo medio ambiente y logramos sobrevivir.
En todo el planeta, está aceptado que quienes deseamos sobrevivir a la pandemia causada por el Covid19, debemos adaptarnos a una “nueva normalidad”, esto ya está siendo entendido en nuestro país.
Una de las etapas de la pandemia es la “Crisis Económica”, por lo que para no sucumbir en esta fase, el trabajo también debe ajustarse a la “nueva normalidad”, esto se legisló con la “Ley Orgánica de Apoyo Humanitario para combatir la crisis sanitaria del COVID19”, aprobada el 15 del presente mes, por tanto, resalto dos aspectos fundamentales que regula esta ley: La reducción de las horas de trabajo para las contrataciones vigentes, y la nueva modalidad de trabajo para las futuras contrataciones. En ambas modalidades el tema crucial es el valor de la hora de trabajo.
Empleador y Trabajadores deben lograr un acuerdo para reducir la jornada de trabajo, y con ello la remuneración; este ajuste podrá hacerse hasta por dos años y podrá ser renovado solo una vez , durante el tiempo que dure el acuerdo los accionistas no podrán distribuir dividendos, tampoco reducirán el capital, ni harán uso doloso de los bienes de la empresa. Si este acuerdo fuese necesario para la continuidad del negocio, pero no se lo logra alcanzar, el empleador podrá liquidar la empresa.
Los Empleadores podrán realizar nuevas contrataciones a “Tiempo Parcial”, esta modalidad es la que permite que en otros países millones de ecuatorianos consigan trabajo. En nuestro país, hay miles de negocios que funcionan durante jornadas reducidas, muchos negocios de comida solo atienden al público por tres o cuatro horas diarias; los nuevos emprendimientos también necesitan varios meses para despegar, el servicio doméstico no siempre es requerido durante ocho horas diarias, y millones de ecuatorianos además de poder trabajar necesitan seguridad social.
En los próximos días veremos a los dueños de las Centrales Sindicales, y al Correismo, oponerse a estos cambios, la historia enseña que quienes aparecen en la palestra pública como los gestores del cambio, cuando llegan a la cumbre de sus ambiciones se convierten en fervientes defensores del conservadurismo, el pasado siempre se opone al futuro.
El reto de los obreros y empleados ecuatorianos es tomar la decisión correcta, y esta será la que les permita subsistir junto a sus familias.