
Mientras Correa bendice y convalida el gran “tongo democrático” en Venezuela, el “ungido” del Correato, el Econ. Arauz, ya arrancó su campaña con la venia de los titiriteros del CNE, que sí autorizaron la inscripción de Arauz a pesar de los errores de forma y fondo.
En resumen, Arauz no logra aún calar en el voto por propio talante, sino por la inercia del propio Correísmo. Sus desafortunadas visiones sobre la minería y la dolarización, más su escaso carisma y su pintoresco tono académico, no lo han ayudado a motivar su campaña, quedando su imagen de momento sin norte, ya que su propuesta real de transformación del país sería algo parecido a la Argentina o a Venezuela, donde se ofrecen megas obras, sin decir fuente creíble de dónde va a sacar el dinero para ejecutarlo.
Arauz y Lasso, de acuerdo a encuestas propias y ajenas lucen estancados en el “estanque de sus limitaciones”, producto de un alto rechazo; en el caso de Arauz a su tendencia Correista, y en el caso de Lasso a pesar de que exhibe un norte, está anclado en la gran desconfianza de una mayoría de ciudadanos que no quieren ni al Correísmo ni a un Banquero, que parecieran que controlan indecorosamente el CNE.
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