La política latinoamericana requiere de una nueva sensibilidad, de buscar posibilidades reales, de que aflore una sociedad más cualitativa y distinta a los fetichismos de un Estado Benefactor, o el tabú que las fuerzas productivas van imponiéndonos diques para salvar a la humanidad.
De lo que se trata en plena posmodernidad, es de unos nuevos principios éticos y productivos para lograr evolucionar. Para ello, hay que reinventar o eliminar el Ministerio al culto del Estado y del Mercado, donde a través de un acto de sabotaje social y colectivo seamos capaces de insertarnos en los Sistemas del Poder público y Privado como ciudadanos en interdependiente integración humana. Este acto ciudadano, es un fenómeno contra-sistema para realmente forjar democracia y no aceptar totalitarismos estatistas o plutocráticos.
EN PLENA POSMODERNIDAD
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