En el Juego del Poder, la humanidad ha inventado al “Chamán” como poseedor del Poder a través del saber. Inventó al “Rey”, por la delegación de Dios para gobernar, y por otro lado; a las dictaduras por mandato de la emergencia o la fuerza militar, también al juego democrático, donde se supone que el Poder lo delega el pueblo, en lugar de la sabiduría humana, divina o coercitiva.
En esta experiencia dilatada del Juego del Poder, podemos colegir que la masa no descubre cómo arrear a sus mandatarios para que ejecuten un “Plan Real de Democracia”.
¡Cosa tan grave para el quehacer humano!