Preocupante la banalización de la oferta política en el Ecuador, hay una abundancia
de insultos, de propaganda, y una sequía de inteligencia y sabiduría política. El cambio social solo se producirá cuando los códigos culturales de la sociedad se modifiquen.
La falta de profundidad intelectual y visión ética ha aumentado la corrupción en nuestra sociedad. La ecuatorianidad y su vida se seguirá diluyendo si el Pueblo sigue siendo visto como masa, mientras nuevos y viejos “señoritos” gritan como en los tiempos de siempre:
¡Viva la Patria!
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