
El reconocimiento del altruismo humano no sería consistente solamente haciendo un par de buenas obras
es vivir consistentemente preocupados e involucrados
en la búsqueda del bienestar del prójimo.
En resumen, no basta con vivir en armonía con sus propias ideas,sino enlazando con el espíritu común, acciones que no nos dejen en confusión
y desconectados del sufrimiento de los demás; Ya que en democracia, no hay que solo embellecer lo propio, sino ayudar que no se caiga de a poco o aceleradamente el orden estético y ético de una sociedad.
Nuevamente el deber individual fundamental es la responsabilidad del individuo frente al bienestar integral, y para ello, el individuo que cree en la democracia asume con total sentido de responsabilidad social, un mínimo de civismo para que la sociedad evolucione y no se aniquile.
Para los laicos liberales como quien escribe este artículo para servir a la sociedad, una espiritualidad religiosa es positiva, pero sobre todo, una espiritualidad política que se comprometa con el bien común es fundamental.
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