Con el inicio de las clases en junio del 2020, empezaron muchos retos y promesas, impulsadas por sentimientos encontrados para toda la comunidad educativa y en cada hogar. Los estudiantes, se convirtieron en actores responsables de cada una de sus metas y objetivos, siendo esto un reto ponderable y muy grande por superar.
El Covid19 ha cambiado mucho la vida de todas las personas, marcando un gran precedente.
Los padres de familia preocupados por la educación de sus hijos, se vieron obligados a emprender en actividades ajenas a sus labores para cubrir los gastos. Antes de la pandemia, muchas veces aspiraban a una educación particular.
Los estudiantes particulares fueron el grupo mejor preparado para sumarse al reto de las clases virtuales, viéndose esta como una de las mejores opciones para la educación del estudiante ecuatoriano.
Al transcurrir la primera parte de la prueba, en este caso el primer quimestre, se podía palpar en cada hogar, la gran herida que iba dejando a su paso la pandemia, llevándose la economía de cada hogar, lamentablemente muchos jóvenes se vieron obligados abandonar sus estudios, poniéndole una brecha entre los estudios y el querer vivir, razón por la que se los denomina: “Los Sobrevivientes”.
También se debe analizar la otra cara de la moneda, en esta situación se presentan diferentes puntos de vista en cada hogar, pero no en gran cantidad, en donde la vida de los jóvenes dentro de sus hogares no eran tan diferentes a la actual, el cambio significativo para sus vidas es el entorno social, como el compartir de manera directa con amigos y docentes, este grupo de estudiantes han tenido las posibilidades educativas que otros no, y como cuando se tienen las cosas fáciles no cuesta esforzarse, entonces aparece este grupo de estudiantes que no les llama la atención aprovechar la situación del país, en donde se les han dado todas las facilidades para mejorar sus estudios y superar su nivel educativo, detrás de este grupo de jóvenes encontramos padres permisibles o muchas veces engañados por sus propios hijos.

La generación de “padres permisibles” no recomienda la agresión física, ni verbal, en ninguna de sus formas, y se especifica porque aquellos llamados de “la vieja escuela” señalan que la obediencia y el respeto se lo gana “con mano firme” o “la letra con sangre entra”, pero ese nunca debe ser el medio para obtener resultados positivos.
En este nuevo año lectivo 2021, es de esperar que todo los esfuerzos y emprendimientos iniciados, sirvan para mejorar el desenvolvimiento, para ayudar a los jóvenes en su motivación por mejorar su educación.
El año que pasó fue de aprendizaje para todos, debemos proponernos cada día ser mejores, y más que nada, elevar el nivel de conocimientos en los educandos para establecer bases fuertes , y enfocarnos en excelentes profesionales; “sobrevivientes de la pandemia”.
María Silva – Corresponsal en Guayaquil, parroquia Urdaneta.