Es indudablemente sorprendente que un imperio político provincial como lo fue el Partido Social Cristiano, tanto en Guayaquil como en la Provincia del Guayas, haya perdido su hegemonía, tanto fue el esfuerzo para conquistar al electorado, al Ing. León Febres-Cordero, que a su retiro, le dio la posta al Ab. Jaime Nebot Saadi, gran heredero del Velasquismo.
¿Cuáles fueron los errores políticos cometidos por el Ab. Nebot Saadi?
Sencillo, teniendo a su disposición a los mejores dirigentes políticos socialcristianos del ala febrescorderista que, en definitiva daban resultados electorales formidables, tanto que, León Febres-Cordero y Jaime Nebot Saadi tuvieron estabilidad electoral y política, algo que no se puede decir que haya pasado con Cynthia Viteri.
Todo nace cuando el Ab. Nebot, ahogado en su propio ego, permitió a las nuevas generaciones oportunistas como Pablo Muentes, recicló a un grupo de exprianistas como Taiano Jr, Loor, Bautista; a Manuel Samaniego, y a Josué Sánchez, a quien permitió que haya escalado como “encargado” de la Alcaldía de Guayaquil, una ofensa notoria para Guayaquil y el Sillón de Olmedo, cuyo reemplazo es el Ing. Jorge Enrique Acaiturri-Villa.
Despreciar la sana crítica que le daba la experimentada ala febrescorderista, como: Tabacchi, Luque, Varas, Camposano, Reyes, Olsen, Salazar, entre otros; donde, a su vez, lo sostuvieron muchísimos años en el poder guayaquileño y guayasense, y les haya dado una puñalada política al elegir a lacayos del poder, ante personas comprometidas con una idea, ideología y proyecto político que dejó un gran líder como lo fue el Ingeniero León Febres-Cordero Ribadeneyra, quedando demostrado que fue un caudillo y esto se puede traducir a: “Después de Jaime José Nebot Saadi vendrá la eutanasia del partido Social Cristiano”.
Las elecciones 2023 son un claro reflejo que el pueblo castiga en las urnas a sus verdugos e inquisidores y caudillistas, pero nunca es tarde de rectificar y de buscar consensos para un mejor Guayas y Guayaquil.