Los pobres, los locos y los extraviados, muchas veces son torturados por las santas bendiciones.
Reina en el mundo un estado de excitación.
La oscuridad profunda de la esperanza excita las más íntimas expectativas y miedos.
La masa se mueve por la fuerza de su propia mitología.
Es así, que el mundo de los pobres, los extraviados y los locos, sigue girando sobre una fuente común que quizás ya no se reconoce: “La conciencia de ser individuos”.
