
El desarrollo humano tiene una importancia vital para organizar la acción política que debería poner en el centro de su trabajo, la potencialización ecológica, relacionada con un adecuado enfoque metafísico, que permita en forma decisiva proseguir en la construcción de las necesarias armonías entre el hombre con todas las formas de entornos económicos y sociales. Para ello, un trabajo político fundamental, es buscar una concepción filosófica común con “la naturaleza”, donde los asuntos humanos no puedan bajo ninguna circunstancia justificar la destrucción de la naturaleza en función a razones productivistas o relativismos humanistas.
Este es el momento histórico, para comprender que la crisis solo alcanzará soluciones, en la medida en que generemos una autocrítica de la responsabilidad que tiene y debe tener el hombre frente a la vida cósmica, de lo contrario, la práctica socioeconómica y política
transcontinental, tanto del Capitalismo de Estado como el Capitalismo de Mercado, nos llevará a un colapso sin capacidad alguna para renovar o renacer como civilización.
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