
Una nueva manipulación en contra de la ética en el mundo de las artes
han sido las adquisiciones de arte por parte de la Fundación Siglo XXI.
La adquisición al Maestro Moreano de 7 pinturas conmemorativas al bicentenario
por un valor de $ 445.000, sin realizar un adecuado concurso de adquisición para asignar la compra de algo tan subjetivo, como son obras de arte comisionadas, nos deja pensando si no habrá “gato encerrado”.
En mi experiencia como coleccionista y marchande de arte
no discuto que el precio propuesto por Moreano
tenga la legitimidad de pedir la astronómica cifra que pidió,
más puedo afirmar que artistas ecuatorianos de mucho más caché
hubiesen hecho esta obra alrededor de los 100.000.
La Fundación Siglo XXI no tiene como finalidad el coleccionismo,
ya que no administra museo alguno, ni posee competencia
para hacer una compra de tal envergadura
sin concurso de precios y sin que urja obviamente esta necesidad de compra.
Cabe preguntarse dos cosas:
¿Por qué no se llamó a un concurso de anteproyecto y de hechura?
En fin, a mi criterio, Señora Fiscal; aquí habría más “gatos encerrados”
de los que muchos piensan.