¿Cuál es la carga de nuestra identidad?
Tal vez el sobrepeso narcisista obsesivo que piensa que somos toda una bendición de Dios. Así muchos años habitamos esta tierra soñando sin concretar los sueños.
“Guayaquil la ciudad más importante del Ecuador”
¿Será eso cierto, o en el proceso del Darwinismo Social la plutocracia guayaquileña ha ido debilitándose en la región y a nivel nacional e internacional?
La plutocracia de Guayaquil carece de una inteligente dinámica capitalista, por lo tanto, ha ido perdiendo la condición de principal agente financiero y comercial del país.
¿Qué le pasó a esta dirigencia que no puede salir de su infantilismo-mercantilista para evolucionar en la escala histórica de la posmodernidad?
Retorna a mi conciencia las ideas del más grande intelectual guayaquileño del siglo XIX José Joaquín de Olmedo, que además de ser un gran poeta fue un gran filósofo que dispuso la construcción de una Patria más grande, pero que los ineptos dirigentes guayaquileños terminaron reduciendo a la provincia de Guayaquil en un Distrito Metropolitano.
¿Dónde quedó el verdor de esa gran Provincia de Guayaquil constituida en 1820?
Reclamo con firmeza un Guayaquil más grande y útil. Demandemos en contra de aquellos caballeros guayaquileños cuyas soberbias, odios y ansias de honor, nos han ido sepultando entre su pequeño mundo de avaricias y soberbias, dedicándose solo a construir obras de hierro y cemento, haciéndonos pensar que están fabricando para nosotros y con nosotros el paraíso. Que el guayaquileño de cepa considere que ante la falta de liderazgos sustantivos, para que fluya la libertad hay que solidificar el imperio de la individualidad guayaquileña.