El accionar político del Ecuador ha estado marcado por ideologías, basadas en principios, valores y códigos; también, por que no decirlo, en el empeño de la palabra y/o acuerdos de caballeros, es así que aparecen: “Conservadores, Demócratas y Liberales”.
Por las ambiciones de los políticos estas ideologías se atomizan y aparecen nuevas ideologías como: Centro, Populismo e Izquierda, y dentro de estas, los extremistas o linea dura (Socialistas y Comunistas).
Al ser gobierno la mayoría de estas ideologías, poco o nada han hecho por cumplir con las aspiraciones del pueblo, y algunos, ni siquiera han cumplido con sus ofertas de campaña, ni su plan de gobierno registrado.
El pueblo, por su parte, como cómplice de esto, con su permisividad y pasividad, ha sido mero espectador al ver como es engañado, nunca ha exigido se cumpla con objetivos de nación.
Estos incumplimientos han hecho demasiado daño al pueblo, pero lo que más daño ha causado a la estructura social es la ideologización de las instituciones públicas.
El daño es a los cimientos de estas y su efecto no es de inmediato sino en el tiempo, para esto las ideologías comunistas y socialistas tienen una experticia de alto nivel.
En los últimos 14 años ha regido una ideología en el país, basada en la Constitución ofrecida “para 300 años y la mejor del mundo” según la propaganda correista.
Con un nacionalismo único desinstitucionalizaron y politizaron lo que más pudieron:
– Seguridad Externa e interna.
– Seguridad Social.
– Salud pública.
– Rehabilitación Social.
– Educación.
– Función Legislativa.
– Función Judicial.
– Función Electoral.
– Fiscalía.
– Procuraduría.
– Contraloría.

Lo sucedido el 23 de febrero 2021 en los centros de rehabilitación social, cae en la barbarie, y es reflejo y resultado de la ideologización de las instituciones públicas.
Hoy, a más de decir “Dios salva al Ecuador”, debemos decir “Pueblo salva al Ecuador”.
Lauro Salas
Corresponsal en Imbabura