El indoor callejero es un juego tradicional ecuatoriano. Aquí la cancha no es verde. El asfalto reemplaza al césped y los balcones se convierten en improvisados palcos. Son los peloteros de Guayaquil, amigos o vecinos capaces de transformar en escenario deportivo cualquier calle de barrio.
Aunque existe la prohibición municipal de cerrar las calles, pero en algunos sectores los habitantes lo hacen con el fin de jugar.
Dentro del juego no hay físicos exuberantes ni uniformes vistosos. La pelota es la misma de siempre, de cuero con recortes de zapatillas en su interior, los zapatos tienen que ser de lona porque permiten un mejor agarre al asfalto y un mejor control de la pelota chica. La edad tampoco es un impedimento cuando se tiene el físico y la habilidad. La cancha es media cuadra y los arcos se los ubica antes de cada intersección, aunque muchas veces no existen y solo bastan dos piedras.
En las calles de Guayaquil hay aficionados a este juego, personas mayores que organizan partidos en las calles de sus barrios, sectores y ciudadelas, en los que las reglas se pactan de antemano y no se sigue una pauta concreta.
Hoy no es nada raro encontrar a alguien jugando un partido de indoor callejero en cualquier parte de la ciudad de Guayaquil. Incluso, algunos de los mejores jugadores de la historia empezaron su carrera de esta manera, jugando con sus amigos en el barrio en el que se criaron y sin recursos para ir más allá.
En el indoor callejero se establecieron ciertas “reglas” pero no para imponer o hacer el juego menos divertido, sino para que los integrantes sean respetuosos y cumplan con la tradición que es el juego.
- El encuentro se termina cuando hay un ganador
- Las reglas varían de una calle a otra, hay quienes desean jugar por tiempo con un límite de 15 minutos por partido, otros juegan al primero que meta dos goles. “Este último sistema es mucho más agotador”; Si los dos equipos son buenos un partido puede durar una hora.
- No es necesaria la presencia de un árbitro, ya que todos los que se encuentran jugando conocen las reglas.
- Una regla si es clara, el partido se detiene cuando viene un carro y muchas veces esta regla salva de alguna jugada de peligro a uno de los dos equipos.
El público se ubica en las veredas para observar a esos equipos de 6 integrantes mientras esperan su turno también para jugar con el cuadro que resulte ganador.

Esta tradición no se va de Guayaquil, las nuevas generaciones la mantienen, es su juego y aunque algunas prefieren jugar en canchas, lo original es hacerlo en la calle, sin reglas complicadas, sin tarjetas y sin uniformes.
Tal y como pasa con las cosas que se hacen simplemente por diversión, se mantendrá vivo por mucho tiempo, solo hace falta que haya un balón de indoor fútbol de por medio y unos cuantos amigos con ganas disfrutar el momento del juego.
Alfredo Rodríguez – Corresponsal en Guayaquil, parroquia Ximena.